En la defensa de su tesis Emilio Abad, del CESGA, presentó IDEPatri, una plataforma web para registrar y conectar los descubrimientos arqueológicos en todo el planeta.
La nueva infraestructura, fruto de una colaboración entre el CESGA (Centro de Supercomputación de Galicia) y la Universidade de Santiago de Compostela (USC), facilita el intercambio de información geolocalizada de datos entre arqueólogos de todo el mundo, permitiéndoles conocer el estado de las excavaciones y ofrecer sus contenidos a cualquier otra persona, al integrar el conocimiento en la globalidad de Internet.
El mundo de la arqueología cuenta ya con una nueva y potente herramienta tras la presentación en la Universidade de Santiago de la plataforma IDEPatri, una Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) para el intercambio de información arqueológica a través de Internet, desarrollada por el GEPN-AAT (Grupo de Estudio para la Prehistoria del Noroeste Ibérico, Arqueología, Antigüedad y Territorio), en colaboración con el CESGA (Centro de Supercomputación de Galicia) y el CiTIUS (Centro Singular de Investigación en Tecnologías Inteligentes).
El nuevo sistema, que ha visto la luz tras la reciente defensa de la tesis doctoral del trabajador del CESGA, Emilio Abad en la Facultad de Historia de la USC, facilita el acceso a distintos datos de temática arqueológica y patrimonial. La plataforma permite acceder a la información de forma inmediata, y puede ser utilizada para uso propio, o por parte de usuarios con diferentes perfiles a lo largo de toda la cadena de protección del material arqueológico.
Mejorar la gestión de los datos arqueológicos: hacia un patrimonio accesible
Hasta la fecha, el método arqueológico de investigación tradicional se basa en la comparación de restos materiales, separados en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, la posibilidad de interconectar estos datos arqueológicos entre diferentes yacimientos (o incluso entre diferentes disciplinas dentro de un mismo yacimiento), se ve limitada actualmente por unas técnicas de recolección de datos que no son uniformes, y que, en la práctica, difieren de arqueólogo a arqueólogo y de institución a institución.
Por otra parte, la información que se envía a los museos durante la entrega de material tampoco se encuentra estandarizada, ya que los sistemas de archivo empleados no explotan el potencial de las técnicas digitales. La labor museística sigue siendo, a día de hoy, muy heterogénea, y no dispone de mecanismos suficientes para que los arqueólogos puedan consultar las colecciones con rapidez y eficacia cuando necesitan completar un estudio. Todas estas limitaciones hacen que reconstruir una historia coherente y global sobre los modos de vida en el pasado se convierta en una tarea mucho más lenta, esforzada y costosa. Con estas premisas surge IDEPatri, un proyecto concebido inicialmente como respuesta a las necesidades de un grupo de investigación en arqueología con actividad en excavaciones dentro y fuera de Galicia.
Además de facilitar el intercambio de información, IDEPatri se ha revelado como una herramienta de gran utilidad para los arqueólogos, que pueden utilizarla para registrar los numerosos datos geoespaciales derivados de la práctica arqueológica.
La unión hace la fuerza
«Es imposible trabajar aislado», asegura Emilio Abad, autor de la tesis que ha dado lugar a IDEPatri. «Cuando estudias un yacimiento, muchas veces desearías que el arqueólogo que ha estado allí antes que tú, hubiese utilizado una metodología de recogida de información que fuese útil a diferentes especialistas; es importante recordar que, aunque se trabaje en diferentes secciones, en arqueología dependemos los unos de los otros». Abad explica que la labor arqueológica involucra a una larga lista de responsables, en la que cada interviniente utiliza un enfoque distinto, desde la fase más inicial -con el etiquetado y la creación de las bases de datos en la excavación-, hasta que se produce la entrega en el museo, pasando por las personas encargadas de preservar y tratar el material.
«Nuestra mayor preocupación cuando concebimos IDEPatri fue la base de datos del arqueólogo», cuenta Abad. Los investigadores de la USC y el CESGA han tratado de que la base de datos conecte con las preocupaciones de todos los participantes en la cadena que va desde el punto de excavación hasta el museo, considerando distintas esferas de actividad. Para ello, como resalta Josefa Rey, investigadora del GEPN-AAT y codirectora de la tesis, «la mayor preocupación ha sido que toda la información que generen los yacimientos tenga un cuerpo único y resulte fácil de consultar, con el objetivo de que las investigaciones dejen de estar aisladas, sean accesibles y puedan acortarse, así, los tiempos y costes de trabajo». «No debemos olvidar que cada persona dedicada a la investigación se ocupa de una especialidad distinta: la metalurgia, el comercio, la cerámica, la alimentación, los cultivos, la silvicultura… son muchos y muy variados los perfiles», argumenta Rey.
Para el otro codirector de la tesis, el investigador del CiTIUS Manel Cotos, la nueva infraestructura permitirá una mejor conservación del patrimonio, pero también cuenta con numerosas aplicaciones en el campo de la obra civil, «al considerar, por ejemplo, distintas afectaciones sobre nuevas aperturas de vías de comunicación, canalizaciones de gas o electricidad, e incluso la gestión de la repoblación forestal, como talas y nuevas plantaciones», afirma.
La herramienta IDEPAtri ha sido validada en las excavaciones del Castelo da Rocha (Santiago de Compostela), donde la empresa encargada de la excavación y levantamiento arqueológico utilizó las aplicaciones desarrolladas y el modelo de datos para gestionar la intervención.